El parque de cosechadoras

Lejos de ser moda la renovación y puesta al día de las unidades es necesaria para mejorar la calidad y el rendimiento de las cosechas y la estabilidad económica junto a créditos más accesibles permitirán iniciar el rumbo deseado

Henry Ford, decía que el secreto del éxito es la innovación, y si bien en materia de cosechadoras lo fundamental y básico de estas máquinas permanece constante, numerosos aspectos novedosos sorprenden al más avezado usuario cada año. Hablando de usuarios de cosechadoras, podemos mantener la afirmación “los principales consumidores son los contratistas”, quienes compiten en el mercado del servicio de cosecha.

Esa competencia y las innovaciones que los fabricantes presentan anualmente, son los factores que generan la necesidad por parte de los principales demandantes de cosechadoras de renovar su unidad cada 7 u 8 años. Cubrir tal necesidad, se hace cuesta arriba por la manera en que se desarrolla, o no, la economía del negocio de cosecha. Las tarifas que se deben convenir con los tomadores del servicio de cosecha que están más o menos en relación con los precios granos, y el acceso al crédito son los condimentos externos a su manejo, con los que debe lidiar el contratista para mantener –es decir, hacer crecer su empresa– sin sucumbir en el intento.

Factores manejables por el contratista

También están los condimentos internos, es decir los factores que el mismo contratista puede controlar, al menos en mayor medida que los anteriores, que son, la (1) cantidad de hectáreas trabajadas por campaña, y (2) la calidad del trabajo. Esta última se define por (2.1) el nivel de pérdidas de cosecha y (2.2) la calidad del grano que entrega la cosechadora, partiendo del estado del grano que ofrece el cultivo.     

Ambos factores (2.1) y (2.2) son los que tratan de mejorar los fabricantes con las modificaciones e innovaciones que presentan al mercado con cierta frecuencia, y los contratistas, tratan de adquirir los nuevos equipos con las nuevas prestaciones como el camino para mejorar el estándar de su servicio.

En realidad, los usuarios de cosechadoras en general, luchan por mantener un fino equilibrio entre maximizar la cantidad de hectáreas que su equipo puede cosechar por campaña, teniendo como limitante la cantidad de horas disponibles para cosechar que ofrece cada cultivo en dicha campaña. Esa cantidad de hectáreas es la que le permitirá facturar lo necesario para mantener viva la empresa haciéndola crecer en toneladas cosechas en cada campaña.

Financiamiento

De la facturación, salen, o deben salir, los recursos necesarios para renovar el equipo, y en este punto, el crédito o financiamiento –sus tasas y plazos—debe resultar pagable por el contratista y es de gran impacto en el resultado del negocio. La renovación del equipo permite competir en el mercado del servicio de cosecha.

Como la contracara de esta competencia entre contratistas, está la competencia entre los fabricantes, que también se valen del crédito para sostener sus ventas cada campaña, y ellos son las fuentes de financiamiento, sosteniendo las líneas de crédito que ofrecen desde sus divisiones financieras o bien pagando buena parte de las tasas que ofrecen las entidades puramente crediticias.

Dicho esto, es necesario señalar que nadie o muy pocos pueden renovar una cosechadora, o incorporar una para ampliar su empresa con propio financiamiento, casi siempre se requiere de las entidades financieras y los bancos.. Es por ello que el desarrollo del mercado de las cosechadoras, como en general todos los bienes de alto valor, requieren condiciones de estabilidad y previsibilidad. Cuanto mejor sean estas condiciones, mayor será el desarrollo del mercado de las cosechadoras y mejores serán los resultados de las cosechas en cantidad y en calidad de grano, porque menores serán las pérdidas y mejora la calidad de los granos en cada cosecha.  

Algunas de las mejoras técnicas notables 

Nuevos modelos que aparecen en el mercado ofrecen:

  • Menor consumo de energía por tonelada de material inerte (no grano) que circula por el interior de la cosechadora, debido a los diseños de los rotores, los materiales de construcción más livianos de las zarandas y zarandón, y la eficiencia de las transmisiones de potencia.
  • La continua calibración de la agresividad de la trilla en función de la calidad de grano en el elevador de granos limpios. La calidad es detectada cámaras integradas de alta definición que colaboran con el ajuste automático de la trilla y limpieza para aumentar la calidad y reducir las pérdidas de grano en diversas condiciones de cultivo. Ello además se ahorra tiempo de ajuste. Sensores de masa, sensores de flujo de grano en el elevador de granos limpios, la determinación de la humedad del grano, todo se mide a medida que el grano llega a la tolva, el sistema compara valores de rinde activo (tolva vs. elevador de granos) y regula la cosechadora
  • Reducción de la necesidad de conocimiento por parte de operador, debido a los mandos digitales cada vez más amigables
  • Elementos de limpieza más livianos por su construcción y diseño en aluminio y acero de alta resistencia, con gran superficie que permite que el material permanezca más tiempo en limpieza, reduciendo las pérdidas.
  • Las cosechadoras pueden estar conectadas con las plataformas digitales de información y a su vez interconectadas entre las unidades de una flota.

Antigüedad mayor a la deseable

De acuerdo con los fabricantes, el 70 a 80 % del parque de cosechadoras tiene una antigüedad que supera los 10 años, la renovación de ese parque con equipos modernos de mayor productividad y a la vez una gran oportunidad es una necesidad para poder mejorar de manera significativa el rinde y la calidad de las cosechas.

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